«Cuanto menos medite en Cristo y su inigualable amor y cuanto menos se parezca a él, mejor concepto tendrá de usted mismo en sus propios ojos y su autoconfianza y autosuficiencia se acrecentarán. El correcto conocimiento de Cristo y el mirar constantemente al Autor y Fin de nuestra fe, le dará una visión del carácter del verdadero cristiano; solo así conseguirá valorar en su justa medida su propia vida y su carácter en contraste con los del gran Ejemplo. […]
»La tarea de adecuación de su obra dura toda la vida. Es una lucha mano a mano, diaria y laboriosa, con hábitos establecidos, inclinaciones y tendencias hereditarias. Exige un esfuerzo constante, sincero y vigilante para observar y controlar al yo, manteniéndolo apartado de la vista y poniendo a Jesús en un lugar prominente.
»[…] Es preciso que observe los puntos débiles de su carácter, poniendo freno a las malas tendencias y fortaleciendo y desarrollando las facultades nobles que no han sido correctamente ejercitadas. El mundo jamás conocerá el trabajo secreto que Dios y el alma llevan a cabo, ni la amargura del espíritu interior, ni la aversión por el yo o los esfuerzos constantes por controlarlo. Aun así, muchos serán capaces de apreciar el resultado de esos esfuerzos. Verán a Cristo revelado en su vida diaria. Será una epístola viviente, conocida y leída por todos los hombres, y poseerá un carácter simétrico y noblemente desarrollado.
»“Aprendan de mí —dijo Cristo—, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso” (Mat. 11: 29). Él instruirá a todos los que acudan a él en busca de conocimiento. En el mundo hay multitud de falsos maestros. El apóstol declara que en los últimos días los seres humanos “se amontonarán maestros, teniendo comezón de oídos” (2 Tim. 4: 3), a causa de su deseo de oír palabras agradables. Contra ellos, Cristo nos advirtió: “Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán” (Mat. 7: 15, 16). Los maestros religiosos de la clase que aquí se describe profesan ser cristianos. Tienen una piedad formal y aparentan trabajar por el bien de las almas. […] Están en conflicto con Cristo y sus enseñanzas y están destituidos de su espíritu manso y humilde. […]
»El Buen Pastor vino a buscar y salvar lo que se había perdido. Sus obras manifiestan su amor por sus ovejas. Todos los pastores que trabajan a las órdenes del Pastor supremo poseerán sus características; serán mansos y humildes de corazón. La fe semejante a la de los niños trae reposo al alma, trabaja por amor y siempre se interesa por los otros. Si el Espíritu de Cristo mora en ellos, serán semejantes a Cristo y harán las obras de Cristo».— Elena G. De White, Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 369, 370
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Después del estudio del pasaje de esta semana, ¿cómo crees que puedes poner en práctica sus enseñanzas en tu vida diaria?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2022. 2do. trimestre 2022 INVERSO Lección 9 «LA IMPORTANCIA DE LO QUE QUIERES» Colaboradores: Estrellita Hernandez y Mayra Cota