Pablo se encuentra bajo arresto domiciliario en Roma por predicar el Evangelio de Jesucristo. Aun encadenado, el apóstol expresa un gran gozo en sus cartas a algunas de las iglesias de diversos puntos de la región. Su gozo no depende de circunstancias externas; proviene de conocer a Cristo y de llevar las buenas nuevas de salvación a los que lo rodean.
Pablo considera que es un privilegio ser un ministro del evangelio y un siervo de los demás creyentes. Como prisionero, les pide a sus hermanos y hermanas cristianos que oren para que pueda tener más oportunidades de compartir su fe. El apóstol escribe a las iglesias diciéndoles que ha oído buenos informes de su trabajo diligente por la causa del evangelio.
También los amonesta a que continúen en la fe y en amor y unidad los unos con los otros. Les recuerda que si continúan caminando con Cristo, tendrán una gran recompensa en el cielo. En los siguientes pasajes dirigidos a los Filipenses, Pablo quiere que los creyentes sepan que las pruebas por las que está pasando son para bien y para el avance del evangelio. El apóstol también los anima a continuar con la tarea.
«Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones por todos ustedes, siempre oro con alegría, porque han participado en el evangelio desde el primer día hasta ahora. Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús […]. Hermanos, quiero que sepan que, en realidad, lo que me ha pasado ha contribuido al avance del evangelio. Es más, se ha hecho evidente a toda la guardia del palacio y a todos los demás que estoy encadenado por causa de Cristo.
Gracias a mis cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios […]. Mi ardiente anhelo y esperanza es que en nada seré avergonzado, sino que con toda libertad, ya sea que yo viva o muera, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo» (Filipenses 1: 3-6, 12-14, 20, NVI).
APLÍCALA A TU VIDA
En la cita de Doug Batchelor que aparece en la sección Otros ojos, él dice que «nada es más importante que conocerlo [a Cristo] y prepararse, tanto usted como los que lo rodean, para su regreso». ¿Por qué crees que nada tendría importancia si las buenas nuevas de Jesús y de lo que hizo por nosotros no fueran ciertas?
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
2do. Trimestre 2022 “HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES”
Lección 7: «UN BUEN INFORME»
Colaboradores: Karla González & Gisela Barbosa