TRABAJABA ARDUAMENTE CADA DÍA CON MANOS PACIENTES —
Mediante su ejemplo, Jesús convirtió en sagradas las más humildes vocaciones de la vida humana. . . . Su vida fue de diligente laboriosidad. Él, la Majestad del cielo, caminó por las calles revestido con el sencillo atavío del obrero común. Transitó subiendo y bajando por las laderas de la montaña, a la ida y al regreso de su humilde trabajo. Los ángeles no fueron enviados para ayudarle a subir por el cansador camino empinado o para prestarle su fortaleza para realizar su humilde tarea. Sin embargo, cuando salía para contribuir al sostén de la familia mediante su trabajo diario, poseía el mismo poder que cuando efectuó el milagro de alimentar a cinco mil personas hambrientas a la orilla del mar de Galilea.
Pero no usó su poder divino para disminuir sus cargas o aliviar su trabajo. Había tomado sobre sí la forma de la humanidad con todas sus enfermedades inherentes y no se desprendió de sus severas pruebas. Vivió en el hogar de un aldeano, vestido con ropas burdas, se entremezcló con los humildes, trabajaba cada día con manos pacientes. Su ejemplo nos muestra que el deber del hombre es ser industrioso, que el trabajo es honorable.—The Health Reformer, octubre de 1876.
Durante largo tiempo, Jesús moró en Nazaret sin ser honrado ni conocido, a fin de que pudiera enseñar a los hombres a vivir cerca de Dios mientras desempeñan los humildes deberes de la vida. Era un misterio para los ángeles que Cristo, la Majestad del cielo, condescendiera no sólo en revestirse con la humanidad, sino en llevar sus cargas más pesadas y sus oficios más humillantes. Hizo esto a fin de convertirse en uno como nosotros, para que pudiera familiarizarse con las faenas, los dolores y las fatigas de los hijos de los hombres.—The Health Reformer, octubre de 1876.
DESPIÉRTESE LA AMBICIÓN DE CUMPLIR TAREAS ÚTILES —
En los niños y los jóvenes debe despertarse la ambición de obtener su ejercicio haciendo algo que los beneficie a sí mismos y a los demás. El ejercicio que desarrolla la mente y el carácter, que enseña a las manos a ser útiles, que educa a los jóvenes para que lleven su parte de las cargas de la vida, es lo que da fuerza física y vivifica toda facultad. Y hay una recompensa en la laboriosidad virtuosa, en el cultivo del hábito de vivir haciendo bien.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 139.
Es necesario enseñar a los jóvenes que la vida significa trabajo serio, responsabilidad, preocupación. Necesitan una preparación que los haga prácticos, que haga de ellos hombres y mujeres que puedan hacer frente a las emergencias. Debería enseñárseles que la disciplina del trabajo sistemático y bien regulado es esencial no sólo como salvaguardia contra las vicisitudes de la vida, sino como ayuda para un desarrollo completo.—La Educación, 211.
CONDUCCIÓN DEL NIÑO SECCIÓN #13 *Importancia Fundamental del Desarrollo Físico* Capítulo 58: “LA PREPARACIÓN PARA LA VIDA PRÁCTICA ” Por: Elena G De White Colaboradores: América Lara & Adriana Jiménez