Lección E. Sabática Universitarios 2021 Para el: 11 agosto
Reproducción entre iguales
Otro aspecto que resalta en la obra creadora de Dios, es la capacidad que concedió a sus criaturas de procrear y reproducirse. Esto se menciona por primera vez en Génesis 1: 11, cuando le dijo al pasto que produjera más pasto y a los árboles frutales que produjeran más frutos. Luego, en los versículos 21 y 22, ordena a las criaturas marinas reproducirse «según su especie», y se puede suponer lo mismo con las criaturas terrestres en los versículos 24 y 25. La culminación de la obra se encuentra en el versículo 26, donde Dios, quien en su inmensidad se describe en plural, crea un ser de acuerdo a su semejanza.
Claramente aquí suceden cosas que van mucho más allá de la comprensión humana. Pero, en la creación del hombre, hay algunos detalles obvios que revelan la profundidad de la mente de Dios. Primero, hay una pluralidad de partes iguales. Aunque el cristianismo lo descifra mejor en el Nuevo Testamento, donde se puede apreciar que se trata de una divinidad formada por tres personas iguales, en el Antiguo Testamento existen muchos otros indicios de esa pluralidad en la singularidad (véase Gén. 11: 7; Isa. 6:8); de hecho, hay varios pasajes en Isaías y Salmos que dejan ver esta idea, hasta que finalmente se alcanza una mayor claridad en el Nuevo Testamento.
El punto es que, Dios mismo es un ejemplo de una relación unitaria singular en una pluralidad: tres personas iguales y coeternas en una esencia Juan 17: 21-26;1 Cor. 3. 9-16; 1 Juan 2; 2 Cor.13:14; Efe. 4: 4-6;1 Ped.1: 2). La igualdad de los tres es importante. En lugar de una jerarquía o una lucha infinita entre tres partes, la Deidad se compone de tres personas que se sirven y se someten entre si en igualdad y armonía. Dios el Padre lo da todo al Hijo y al Espíritu. Dios el Hijo da todo al Espíritu y muestra al Padre. El Espíritu confiesa al Padre y al Hijo. El Creador del universo es un ser relacional que se compone de tres partes iguales.
El segundo punto se reduce a los principios más básicos: el universo entero, el mundo en el que vivimos y la creación de Dios habían de ser todos relacionales. La creación es social. Dios es un ser amigable y receptivo. Al principio de los tiempos, Dios no era una mónada, sino un ser que interactuaba socialmente dentro de su singular pluralidad.
En tercer lugar, esta entidad social le confiere la habilidad reproductiva a su creación. Por alguna razón, la Biblia no registra que los ángeles tengan esta capacidad, pero las criaturas que viven en la tierra si la poseen. De toda la creación, solo los seres humanos tienen el don de la espiritualidad, así como otros atributos mencionados anteriormente, que reflejan la imagen y la gloria de Dios.
Por último, la pluralidad, la capacidad de relacionarse y la habilidad reproductiva, son principios fundamentales contenidos en el don de la sexualidad. Mientras que la Deidad se compone de tres personas, la humanidad fue diseñada y creada para procrear en pareja, lo que a fin de cuentas es una pluralidad. La regeneración espontánea no es un atributo humano. Y así como la Deidad forma una unidad coeterna, el pacto matrimonial es un modelo de ese vínculo, que une a dos entidades singulares iguales en una sola. Finalmente, es dentro de la naturaleza de su unidad y por amor, que ocurre la procreación. La reproducción no es la única intención de la sexualidad, pero es un componente importante de ella.
Curiosamente, esos tres elementos de la sexualidad se encuentran hoy amenazados. Cómo estos principios forman parte de la esencia de la Deidad, los ataques contra ellos se originan en aquel que atacó al Creador desde el principio. La dualidad de la sexualidad es atacada de innumerables formas, como vimos en las lecciones de otras semanas. La capacidad de relacionarnos a través de la sexualidad se ha visto erosionada por las tentaciones digitales. Por último, la función reproductora de la sexualidad no ha recibido la importancia que tiene; algunas ciencias sociales le han restado importancia, tal como vemos, por ejemplo, en la práctica de diversas intervenciones médicas.
Dios no solo desea que nos reproduzcamos físicamente, sino que logremos la reproducción espiritual de su carácter. Esto ocurrió en el jardín del Edén y continúa hoy. Después de estudiar la sexualidad durante siete semanas, nos queda claro que se trata de un regalo de Dios. Esta semana entendemos que el plan de Dios para la sexualidad humana también refleja la naturaleza de la Deidad.
Reflexiona de nuevo en Génesis 2: 18 25 y trata de identificar a Jesús en el texto.
*¿Qué otras características de la Deidad se reflejan en la creación, la salvación y la sexualidad de la humanidad?
*¿En qué sentido puedes ver a Jesús en forma diferente, o identificar algún rasgo nuevo de él, basándote en los versículos anteriores?
*¿Cómo respondes al ver a Jesús de esa manera?
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021.
3rd. trimestre 2021 “LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS DE LA SEXUALIDAD”
Lección 07«El sexo en el matrimonio: la igualdad»
Colaboradores: Israel Esparza & Mayra Cota
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