jueves , 13 noviembre 2025
Notas de Ellen G. White 2021

VENID A MI

No es el trabajo, sino el exceso de trabajo, sin períodos de descanso, lo que quebranta a la gente, y pone en peligro las fuerzas vitales. Los que trabajan en exceso pronto llegan a la situación de trabajar en forma desesperada.

La obra que se hace para el Señor debe hacerse con alegría y valor. Dios quiere que pongamos espíritu, vida y esperanza en nuestra obra. Los obreros intelectuales deberían prestar la debida atención a cada parte de la maquinaria humana, distribuyendo equitativamente la presión. El esfuerzo físico y mental, combinado con sabiduría, conservará al hombre entero en una condición tal que lo hará acepto a Dios…

Introduzcan en la tarea diaria esperanza, valor y amabilidad. No trabajen en exceso. Es mejor dejar de hacer algunas de las cosas que se habían planeado para el día de trabajo, que excederse y tensionarse, con la consiguiente pérdida del valor necesario para llevar a cabo las tareas del día siguiente. No violen hoy las leyes de la naturaleza, no sea que pierdan la fortaleza que necesitan para el día siguiente (Mente, carácter y personalidad, t. 2, p. 386).

Cristo anhela que los seres humanos trabajados, cansados y oprimidos vengan a él. Ansía darles la luz, el gozo y la paz que no pueden encontrarse en ninguna otra parte. Los mayores pecadores son el objeto de su amor y piedad profundos y fervorosos. Él envía su Espíritu Santo para obrar en ellos instándolos con ternura y tratando de guiarlos al Salvador (Palabras de vida del gran Maestro, p. 178).

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados que yo os haré descansar”.

Estas palabras de consuelo fueron dirigidas a la multitud que seguía a Jesús. El Salvador había dicho que únicamente por él podían los hombres recibir un conocimiento de Dios. Se había dirigido a los discípulos como a quienes se había dado un conocimiento de las cosas celestiales. Pero no había dejado que nadie se sintiese privado de su cuidado y amor. Todos los que están trabajados y cargados pueden venir a él (El Deseado de todas las gentes, p. 295).

A medida que entramos por Jesús en el descanso, empezamos aquí a disfrutar del cielo. Respondemos a su invitación: Venid, aprended de mí, y al venir así comenzamos la vida eterna. El cielo consiste en acercarse incesantemente a Dios por Cristo. Cuanto más tiempo estemos en el cielo de la felicidad, tanto más de la gloria se abrirá ante nosotros; y cuanto más conozcamos a Dios, tanto más intensa será nuestra felicidad. A medida que andamos con Jesús en esta vida, podemos estar llenos de su amor, satisfechos con su presencia. Podemos recibir aquí todo lo que la naturaleza humana puede soportar. Pero, ¿qué es esto comparado con lo que nos espera más allá? Allí “están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo: y el que está sentado en el trono tenderá su pabellón sobre ellos. No tendrán más hambre, ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni otro ningún calor. Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”. Apocalipsis 7:15-17 (El Deseado de todas las gentes, p. 299).

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Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2021.
3rd Trimestre 2021 DESCANSO EN CRISTO«
Lección 5: «“VENID A MI”»
Colaboradores: Misael Morillo & Meri Aviña

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