Los samaritanos vivían al norte de Judea en la época de Jesús. Los judíos creían que los samaritanos descendían de gentiles que habitaron la tierra después de la conquista asiria. Independientemente de su origen, los samaritanos adoraban al Dios de Israel, aunque muchas de sus costumbres y tradiciones eran diferentes a las de los judíos. Eran considerados por la mayoría de ellos como personas de una clase inferior, y los judíos del tiempo de Jesús evitaban cualquier relación con los samaritanos, como lo hacían con los gentiles.
APLÍCALA A TU VIDA
La mujer del pozo regresó a su aldea, les habló acerca de Jesús, y preguntó: «¿Será este el Mesías?. A pesar de que ella desconocía cada aspecto de su nueva fe en Jesús, «testificó» al contarles a otros lo que le había sucedido e hizo una pregunta que llamó la atención de las demás personas. Ellos entonces vinieron y conocieron a Jesús personalmente. A menudo pensamos que no estamos calificados para ser testigos de Jesús porque no tenernos suficientes conocimientos, o porque nuestra fe no siempre está en su mejor momento. Siguiendo el ejemplo de la mujer del pozo, ¿qué dirías a los demás de tu propia experiencia con Jesús.
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
2do. Trimestre 2021 “LIBERTAD SIN FIN”
Lección 01: «UNA MISIONERA POCO COMÚN»
Colaboradores: Karla González & Uriel Agustin