“La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre” Isa. 40:8.
El sociólogo, filósofo y ensayista Z. Bauman introdujo el concepto de “sociedad líquida”. Con esta expresión hizo referencia a ese tipo de vida tan común hoy en día que se caracteriza por carecer de rumbo, llevando a las personas a permanecer en un estado constante de incertidumbre. En una sociedad líquida, los valores se diluyen rápidamente de una generación a otra, nada parece tener raíces profundas, y todo se mueve de acuerdo con las circunstancias. Ni los hábitos, ni lo bueno y lo verdadero alcanzan su solidificación; de ahí la incertidumbre y el “desgano” de muchos para moverse hacia metas y objetivos loables.
En medio de este estado de cosas, qué grato es tener la certeza de que la Palabra de Dios “permanece para siempre”. Todo lo que Dios nos ha dicho a través de su Palabra es eterno e inamovible, sean cuales fueren las circunstancias. Las mujeres de Dios pisan suelo firme, seguro y certero cuando viven y se mueven en base a un claro “así dice Jehová”.
No hay duda de que la volatilidad de valores y principios es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Nuestra postura frente a esto debe ser definida ya. Los valores humanos atemporales, como el “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza” (Gál. 5:22, 23, RVR 95), son los que dan contención a nuestra existencia en este planeta y nos preparan para la eternidad.
La vida light es artificial y vana, se diluye en el vacío de experiencias tenebrosas que nos alejan de Dios. Nuestra familia necesita referentes claros que iluminen nuestro andar en el camino que nos llevará a formar parte de la familia de Dios. La invitación de hoy para ti es que te comprometas a ser ese referente humano que muestre el camino con asertividad.
Cristo viene pronto; estamos viviendo en el ocaso de la vida en este planeta. El día de nuestra redención está cerca. ¡No perdamos el rumbo! No caigamos víctimas de una sociedad líquida. Para ello, es necesario que enraicemos nuestra vida en los sólidos principios de la Palabra de Dios. Construye sobre la Roca, no sobre la arena.
¿Tomarás esa decisión hoy? Esperar para tomar esa decisión es darle cabida cada vez más en tu vida a esa mentalidad de la sociedad líquida.