«La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse». Proverbios 10: 22, NVI
ANTES DE SU REBELIÓN era Lucifer en el cielo un excelso y alto ángel inmediato en categoría al amado Hijo de Dios. Su aspecto, lo mismo que el de los demás ángeles, era benigno y denotaba felicidad. Su frente, alta y espaciosa, indicaba poderosa inteligencia. Su figura era perfecta, y su porte noble y majestuoso. De su semblante irradiaba una luz especial, que resplandecía a su alrededor con mayor esplendor y hermosura que en torno de los demás ángeles. Sin embargo, Cristo, el amado Hijo de Dios, tenía la preeminencia sobre todas las huestes angélicas. Era uno con el Padre antes de que fuesen creados los ángeles […].
Lucifer sentía envidia y celos de Jesucristo. Sin embargo, cuando todos los ángeles se inclinaban ante Jesús reconociendo su supremacía, autoridad superior y gobierno justiciero, también se inclinaba Lucifer con ellos; pero su corazón estaba lleno de envidia y odio.— Testimonios selectos, t. 2, cap. 2, p. 14.
En el cielo, Lucifer deseó ser el primero en poder y autoridad; quiso ser Dios, tener el dominio del cielo; y con ese fin ganó a muchos ángeles para su bando. Cuando esta hueste rebelde fue echada de los atrios de Dios, la obra de la rebelión y del egoísmo continuó en la tierra. Tentando a nuestros primeros padres para que se entregasen a la complacencia propia y la ambición, Satanás consiguió su caída; y desde entonces hasta el momento presente, la satisfacción de las ambiciones humanas y de las esperanzas y deseos egoístas, han reportado ruina a la humanidad.— Consejos para los maestros, cap. 3, p. 32.
El que procura glorificarse a sí mismo se encontrará destituido de la gracia de Dios.— Profetas y reyes, cap. 3, p. 39.
Devocional Vespertino Para 2021. «La Fe por la cual vivo» «SATANÁS Y LA GRAN REBELIÓN» Por: Elena G. de White Colaboradores: Martha González & Joaquín Maldonado