Pablo era un hombre con una misión. Quería predicar el evangelio en lugares donde nunca se había predicado (ver Rom. 15: 20). Sus viajes lo llevaron desde Jerusalén hasta Ilírico, parte de las actuales Albania y Croacia (ver Rom. 15: 19). Pablo plantó iglesias por todas partes entre estas dos ciudades. Se inspiró en las promesas del Antiguo Testamento de que Dios alcanzaría a quienes no habían escuchado de él (Rom. 15: 21; Isa. 52: 15).
A Pablo se le dio gracia y fue llamado para ser un apóstol y compartir la obediencia de la fe entre los gentiles (Rom. 1: 5). Asumió el llamado seriamente y trabajó más fuerte que cualquiera (1 Cor. 15: 10) para alcanzar a los gentiles con el evangelio, de tal manera que pudiera presentarlos como una ofrenda aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo (Rom. 15: 16). Su ministerio estuvo acompañado por señales y milagros, y por el poder del Espíritu (15: 19).
Cuando Pablo habló de sus logros no fue jactancioso. Solamente habló sobre lo que Cristo logró a través de él (ver Rom. 15: 18). El apóstol les compartió a los romanos su éxito misionero porque esperaba que lo ayudaran en su siguiente viaje misionero. Pablo planeaba llegar a Roma en su camino a España (15: 24), pero antes iría a Jerusalén (15: 25).
Pablo ya había recolectado una ofrenda de las iglesias de Macedonia y Acaya para los pobres que había entre los santos en Jerusalén (ver Rom. 15: 26; 2 Cor. 8-9). Esta ofrenda expresaba de manera práctica la realización del plan salvífico de Dios. Nuestro Dios quería que el Mesías naciera de Israel. El Mesías judío traería misericordia a todos (Rom. 11: 32). Los gentiles se beneficiaron de las bendiciones espirituales de Israel, ahora Israel se iba a beneficiar de las bendiciones materiales de los gentiles (Rom. 15: 27). Después de que Pablo entregara la ofrenda en Jerusalén, continuaría su viaje a España deteniéndose en Roma (15: 28).
Pablo tenía una petición urgente para los romanos: que lo ayudaran orando por él (Rom.15: 29-30). Sabía que su viaje era peligroso, pues tenía muchos enemigos en Judea (15: 31). Su única esperanza de completar su misión en Jerusalén y después viajar a Roma y luego a España era que los romanos oraran por él y recibir la ayuda divina (15: 32).
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Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 1er trimestre 2021 “Carta a los ROMANOS” Lección 13 «SOMOS UNA FAMILIA« Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo