«Antes del quebranto está la soberbia, y antes de la caída, la altivez de espíritu». Proverbios 16: 18
SATANÁS CAYÓ por tener la ambición de ser igual a Dios. Deseó entrar en los consejos y propósitos divinos, de los cuales había sido excluido porque como ser creado era incapaz de comprender la sabiduría del Ser infinito. Fue este ambicioso orgullo lo que le indujo a rebelarse, y por el mismo medio trata de causar la ruina del ser humano.— Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 657.
El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole el deseo de ensalzarse. Trató de investir al amante Creador con sus propias malas características.— El Deseado de todas las gentes, cap. 1, p. 13.
Cuando quiera que se entreguen al orgullo y la ambición, su vida se mancilla; porque el orgulloso, no sintiendo necesidad alguna, cierra su corazón a las bendiciones infinitas del cielo.— Profetas y reyes, cap. 3, p. 39.
Si Lucifer hubiese deseado realmente ser como el Altísimo, no habría abandonado el puesto que le había sido señalado en el cielo; porque el espíritu del Altísimo se manifiesta sirviendo abnegadamente. Lucifer deseaba el poder de Dios, pero no su carácter. Buscaba para sí el lugar más alto, y todo ser impulsado por su espíritu hará lo mismo.— El Deseado de todas las gentes, cap. 48, p. 411.
Un corazón orgulloso es un temible rasgo de carácter. «Antes del quebranto está la soberbia» (Prov. 16: 18). Esto es así en la familia, la iglesia y la nación.— Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 371.
Devocional Vespertino Para 2021. «La Fe por la cual vivo» «SATANÁS Y LA GRAN REBELIÓN» Por: Elena G. de White Colaboradores: Martha González & Joaquín Maldonado