¿Alguna vez has estado intentando resolver un problema, pero te viste estancado? No importa cuánto lo intentes, simplemente no puedes avanzar; después, aparece alguien que te muestra cómo resolverlo sin esfuerzo. ¡Eso puede ser muy frustrante! Así es exactamente como algunos judíos que no pusieron su fe en Jesús se sintieron con relación al evangelio de Pablo. Él enseñó que todos somos pecadores y que no podemos salvarnos por nuestras obras (ver Rom. 3: 20-23). Solamente podemos ser salvos por fe en Jesús. La fe judía enseñaba a los creyentes a esforzarse ardua y seriamente para buscar la justicia de la ley. Incluso «Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó» (Rom. 9: 31). Por otra parte, los cristianos que no estaban buscando la justicia la encontraron, porque buscaron la justicia por fe en Cristo, en lugar de buscarla por las obras (ver Rom. 9: 30).
Esto creó intensos sentimientos de frustración. Muchos judíos consideraban a Jesús como la «piedra de tropiezo» y «roca de caída» (Rom. 9:32-33). Para ellos, no tenía impacto la idea de que solo tener fe en Jesús era suficiente para ser justos y que sus obras y dedicación para conformarse a la ley de Dios no podían salvarlos.
¿Cómo pudieron cometer tal error? Su esfuerzo por establecer su propia justicia obedeciendo la ley manifiesta su ignorancia de la justicia de Dios (ver Rom. 10: 3). La justicia de Dios es su santidad y la perfección de su carácter. La justicia de Dios es más alta de lo que el pensamiento humano pueda alcanzar. Al subestimar la justicia de Dios, los judíos imaginaron que podían alcanzar el bajo nivel de su propia imaginación. Esto es un error fatal. La justicia de Dios, la perfección de su carácter está más allá de nuestra imaginación. Cuando entendemos la verdadera belleza y santidad del justo carácter de Dios, entonces nos damos cuenta de que ningún esfuerzo humano puede llegar a cumplir con el infinito estándar de un Dios infinito.
Como resultado de ignorar la justicia de Dios, los incrédulos judíos buscaron establecer su propia justicia a través de la obediencia a la ley. Fallaron en someterse a la justicia de Dios (ver Rom. 10: 3). Someterse a la justicia de Dios significa recibir el regalo de la justificación mediante la fe en Jesús. Debido a que pensaron que podían alcanzar la justicia de la ley por su esfuerzo, no entendieron la razón para rendirse a la justicia de Dios como un regalo.
¿Verdaderamente has apreciado la belleza de la justicia de Dios? ¿Te ha conducido a confiar menos en ti y a buscar la justicia por la fe en lugar de buscarla por las obras de la ley?
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¿Cómo simpatizas con la experiencia de los israelitas de esforzarse fuertemente para encontrar la justicia y finalmente fracasar en encontrarla?
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2021. 1er trimestre 2021 “Carta a los ROMANOS” Lección 9 «¿QUÉ OCURRIÓ CON ISRAEL?« Colaboradores: Israel Esparza & Misael Morillo