«Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él quiso dar a cada uno. Por lo tanto, si Dios nos ha dado el don de profecía, hablemos según la fe que tenemos»
(Rom. 12:6, DHH).
¿Alguna vez estuviste en Kirguistán? ¿No? Ya me lo imaginaba. Pero, si vas a este país montañoso cerca de China, deberías visitar la iglesia S adventista en Tokmok. Notarás que, después de la historia de los niños, quien la cuenta preguntará: «¿Alguien memorizó un versículo de la Biblia esta semana?» Entonces, verás que un muchacho llamado Vitaly levanta la mano y comparte un versículo de la Biblia. Él lo hace cada sábado. Cuando le preguntaron por qué memorizaba un versículo nuevo cada semana, Vitaly sonrió tímidamente y dijo: «Memorizo versículos como un regalo para Dios».
Tiempo atrás, su maestra de la Escuela Sabática les había dicho a los niños: «Dios nos da tantos regalos. ¿Qué regalo tienes para Dios hoy?»
Vitaly había pensado en eso. Dios le había dado muchos regalos. Vivía con sus abuelos, a quienes amaba. Tenía un hogar seguro, una cama calentita y algunos juguetes. Y asistía a una buena escuela. Pero Vitaly no tenía nada de dinero para ofrecerle a Dios. Por mucho tiempo, se preguntó qué regalo podía darle.
Entonces, pensó: Tengo una memoria bastante buena. Quizá memorizare un versículo de la Biblia cada semana. Cuando le contó su idea a la maestra de Escuela Sabática, ella estuvo de acuerdo en que memorizar sería un regalo maravilloso para Dios.
La historia de Vitaly inspiró a niños de todo el mundo cuando el editor de Misión adventista, Andrew McChesnet la compartió en la revista trimestral.
¿Qué regalo tienes para Dios? Quizá se te pueda ocurrir un regalo creativo, así como a Vitaly. Tu regalo puede ser cantar con entusiasmo en la iglesia o visitar a un vecino solitario. Recuerda: los reyes magos no le llevaron el mismo regalo al bebé Jesús. Cada uno tenía algo especial para dar. Y tú también.