Nadie será condenado por no haber prestado atención a la luz y al conocimiento que nunca tuvo y que no pudo obtener. Pero muchos se niegan a obedecer la verdad que les es presentada por los embajadores de Cristo, porque desean amoldarse a las normas del mundo. La verdad que ha llegado hasta su entendimiento, la luz que ha brillado en el alma, los condenarán en el juicio.—Comentario Bíblico Adventista 5:1119 (1884).
Los que tienen una oportunidad de oír la verdad, y sin embargo no se esfuerzan por oírla ni comprenderla, pensando que si no oyen no serán responsables, serán considerados culpables ante Dios lo mismo como si la hubieran oído y rechazado. No habrá excusa para los que elijan caminar en el error cuando podrían haber entendido lo que es la verdad. Jesús, en sus sufrimientos y muerte, ha hecho expiación para todos los pecados de ignorancia; pero no se ha preparado remedio para la ceguera voluntaria.
No seremos considerados como responsables por la luz que no ha llegado a nuestra percepción, sino por la que hemos resistido y rechazado. Un hombre no puede posesionarse de la verdad que nunca se le ha presentado, y por lo tanto no podrá ser condenado por la luz que nunca tuvo.—Comentario Bíblico Adventista 5:1118 (1893).