«Después me mostró un río limpio, de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad y a uno y otro lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en ella, sus siervos lo servirán, verán su rostro y su nombre estará en sus frentes».
Apocalipsis 22: 1-4
EL GRAN CONFLICTO ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todo lo animado y lo inanimado, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.— El conflicto de los siglos, cap. 43, p. 657.
Se oye la voz del Hijo de Dios llamando a los santos que duermen, y al contemplarlos saliendo de la cárcel de la muerte, el profeta exclama: «Pero tus muertos vivirán. […] ¡Despierten y griten de alegría, moradores del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de la mañana, y la tierra devolverá sus muertos». «Entonces los ciegos verán y los sordos oirán; los lisiados saltarán como venados y los mudos gritarán» (Isa. 26: 19, NVI; 35: 5-6, DHH).
En sus visiones el profeta ve a los que triunfaron sobre el pecado y el sepulcro felices en la presencia de su Creador, conversando libremente con él como Adán y Eva conversaban con Dios en el principio.— Profetas y reyes, cap. 60, p. 493.
Las palabras son demasiado pobres para intentar describir el cielo. Siempre que se vuelve a presentar ante mi vista, tan admirable espectáculo me deja anonadada. Arrobada por el insuperable esplendor y la excelsa gloria, dejo caer la pluma exclamando: «¡Qué gran amor! ¡Qué maravilloso amor!»— Primeros escritos, cap. 69, p. 348.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LAS OBRAS DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez