«Transcurrieron los siglos uno tras otro; finalmente callaron las voces de los profetas. La mano del opresor pesaba sobre Israel. Al apartarse los judíos de Dios, la fe se empañó y la esperanza casi dejó de iluminar el futuro. Muchos no comprendían las palabras de los profetas […]. Pero en el concilio celestial había sido determinada la hora en que Cristo había de venir; y llegado “el cumplimiento del tiempo, Dios envió su Hijo […]” (Gálatas 4: 4, 5)» (Profetas y reyes, cap. 58, p. 475).
APLÍCALA A TU VIDA
Lee el pasaje de Profetas y reyes de la semana. En él, Elena G. de White nos lleva más allá de la época de Isaías y del período del exilio y del regreso de Babilonia, hasta el tiempo en que nació Jesús. Acerca de este momento de la historia, Elena G. de White escribe: «La fe se empañó y la esperanza casi dejó de iluminar el futuro». Sin embargo, fue en ese preciso momento que el plan divino de Dios encuadró a la perfección. Cuando el panorama lucía tan lúgubre que muchos habían perdido la esperanza de un Libertador, Dios mismo vino al mundo en la forma de Jesús de Nazaret, el Libertador por excelencia. El pueblo de Dios había esperado miles de años para que se cumpliera la promesa de un Mesías. Los seguidores de Jesús han esperado dos mil años para que se cumpla la promesa de su segunda venida. Posiblemente estamos viviendo el tiempo en el que «la fe se empañó y la esperanza casi dejó de iluminar el futuro». Pero precisamente cuando las cosas parecen estar en su momento más oscuro, es cuando sabemos que Dios está implementando su plan.
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
4to. trimestre 2020 “LIBERACIÓN”
Lección 11: «UN CANDIL EN LA OSCURIDAD»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Karla González.