«»No edificarán para que otro habite ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán de la obra de sus manos. No trabajarán en vano ni darán a luz para maldición, porque son linaje de los benditos de Jehová, ellos mismos y también sus descendientes. […] El lobo y el cordero serán apacentados juntos; el león comerá paja como el buey y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán ni harán mal en todo mi santo monte». Jehová lo ha dicho». Isaías 65: 22-25
EN LA TIERRA RENOVADA, los redimidos participarán en las ocupaciones y los placeres que proporcionaban felicidad a Adán y Eva en el principio. Se vivirá la existencia del Edén, en huertos y en la campiña.— Profetas y reyes, cap. 60, p. 495.
Allí recobraremos nuestra dignidad real perdida, y los seres inferiores reconocerán el dominio de los seres humanos; las fieras serán todas amansadas y los animales esquivos se volverán amistosos. Se ofrecerá al estudiante una historia de alcance infinito y de riqueza incalculable. En esta tierra, con la ventaja que le ofrece el conocimiento de la Palabra de Dios, el estudiante adquiere una perspectiva del vasto campo de la historia, y puede obtener un conocimiento de los principios que rigen el curso de los acontecimientos humanos. Sin embargo, nuestra visión todavía está empañada y nuestro conocimiento es incompleto. No podremos ver claramente las cosas hasta que dispongamos de la luz de la eternidad.— La educación, cap. 35, p. 273.
Allí vi bellísimas moradas que parecían de plata, sostenidas por cuatro columnas adornadas con preciosas y muy hermosas perlas. Estaban destinadas a ser las residencias de los santos. En cada una había un anaquel de oro. Vi a muchos santos que entraban en ellas y, quitándose las resplandecientes coronas, las colocaban sobre el anaquel. Después salían al campo contiguo a las casas para hacer algo con la tierra, aunque no para cultivarla como hacemos ahora. Una gloriosa luz circundaba sus cabezas, y estaban continuamente alabando a Dios. Vi otro campo lleno de todo tipo de flores, y al cortarlas, exclamé: «No se marchitarán». Después vi un campo de lozano pasto […] de un verde reluciente, con reflejos plateados y dorados al ondularse, con esplendor para gloria del Rey Jesús.— Primeros escritos, cap. 1, p. 41.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LAS OBRAS DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez