«Querido hermano, pido a Dios que, así como te va bien espiritualmente, te vaya bien en todo y tengas buena salud». 3 Juan 2
-De la tercera Carta de Juan- empezó hablando la mamá-, sí conocemos al destinatario. ¿Pueden decirme su nombre? -Gayo – respondieron al unísono Susana y Mateo. – Muy bien – afirmó la mamá, encontraron rápido el nombre pues se menciona en el versículo 1. Esta es una carta personal dirigida a un gran amigo, un cristiana fiel a quien se nota que apreciaba mucho.
A los verdaderos amigos los une al amor, que edifica, que construye, que está para ayudar y para animar cuando más se necesita. El pasaje de hoy es uno de los más conocidos de esta carta. En él se expresan los mejores deseos para su amigo Gayo en todos los aspectos.
Parece ser que Juan había recibido noticias de que era un hombre que se mantenía fiel, y en el versículo 3 dice que no tiene mayor gozo que el de saber que sus hijos, los creyentes, andan en la verdad. Menciona a Diótrefes, que probablemente era el anciano que había impedido que se leyera la carta que había enviado anteriormente; Juan espera ir pronto para arreglar ese asunto.
Le aconseja que no siga el ejemplo de los malos, porque ellos no cumplen con la voluntad de Dios; sin embargo, el que hace lo bueno sí es de Dios. También menciona a un Demetrio, del cual da un buen testimonio. Juan repite que espera ver a Gayo pronto, porque tiene mucho que contarle y prefiere hacerlo cara a cara. Aunque es una carta con únicamente 15 versículos, tiene un lindo mensaje, también para nosotros hoy.
Nos aconseja que mostremos interés por los demás y nos gocemos en su bienestar. Que andemos en el camino del Señor, dando un buen testimonio a los no creyentes para que puedan creer. Eso ha sido importante en todo tiempo.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
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Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Karla González.