«Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos». 1 Juan 3:1
-El texto de hoy es precioso-inició el culto la mamá-. Es uno de mis preferidos y el canto con la letra de ese versículo me gusta que lo entonemos en nuestros cultos. – A mi también me gusta esta alabanza- comentó Mateo-, la cantamos en la escuela.
-Al apóstol Juan, como lo conocimos en los Evangelios – dijo la mamá-, lo llamaban «Hijo del trueno» ¿recuerdan? Pero al leer esta hermosa carta nos damos cuenta de que está llena de amor como resultado de haber conocido a Jesús. Aunque no se sabe a quiénes la dirigió, en ella Juan anima a los creyentes a vivir en la luz verdadera que solamente encontramos en Jesús.
En el capítulo 2 dice a sus lectores que no cometan pecado, pero que si han pecado tienen a Jesús que aboga por ellos ente el Padre; si dicen que aman a Dios deben obedecer sus mandamientos. Una forma de demostrar que aman a Dios es amando a sus hermanos, porque si no aman a quien ven, cómo van amar a Dios a quien no han visto. La característica principal del cristiano es el amor, porque Dios es amor.
-«Dios es amor», 1 Juan 4:8, es el primer versículo que me aprendí – comentó-Susana.
-Hay varios versículos de esta carta que son muy conocidos, como el que acabas de mencionar, Susana.-continuó la mamá-. Me parece que sería una buena idea si memorizáramos esta carta completa, ¿no les parece? -Vamos a intentarlo- respondieron al unísono Mateo y Susana. – Sin embargo, lo principal es que realmente podamos amarnos como familia, como miembros de iglesia, y mostrar amor a la gente que nos rodea – concluyó la mamá
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
“Descubre el Mejor Libro del Mundo”
Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Karla González.