«Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyente en todo modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida». 1 Timoteo 4:12
– Hoy quiero hablarles de otro tipo de cartas que escribió el apóstol Pablo – inició la mamá -. A estas cartas se les llama «pastorales», y fueron dirigidas a personas individuales. En uno de sus viajes misioneros, el apóstol, al llegar a Listra, conoció a Timoteo, un joven que fue bien recomendado por los creyentes. Era hijo de una madre judía y de padre griego. Tanto su madre Eunice como su abuela Loida tomaron el control de su educación, y el fruto de su esfuerzo dio como resultado un joven misionero.
– Su mamá y su abuelita seguro estuvieron contentas de que Timoteo trabajara con Pablo y aprendiera de él- afirmó Susana. -A mi me hubiera gustado conocer a Pablo y aprender de él – añadió Mateo.-Es bueno que una persona de experiencia enseñe a un joven que ama a Dios y le prepare para el ministerio; eso fue lo que hizo Pablo – respondió la mamá-. El apóstol quiso a Timoteo como a un hijo, y como un buen padre lo orientó; sus consejos quedaron registrados en esas dos Cartas que enriquecen nuestra Biblia. El apóstol no podía estar en todos los lugares donde se habían establecido iglesias; se tenía que apoyar en algunos compañeros a quienes podía confiar el trabajo de seguir edificando a los creyentes. La Primera Carta a Timoteo se le manda a Éfeso, donde lo había dejado para evitar que algunas personas afectaran la hermandad enseñando doctrinas falsas. Le menciona cómo deben ser los ancianos y diáconos. Le aconseja que se conduzca correctamente delante de Dios y que sea útil como buen pastor interesado en sus ovejas. Nosotros debemos interesarnos también en el bienestar de nuestros hermanos de iglesia.
Tomado De: Lecturas Devocionales Para Menores 2020.
“Descubre el Mejor Libro del Mundo”
Por: Noemí Gil Gálvez Colaboradores: Carlita Mariscal & Karla González.