«El que atiende a la palabra, halla el bien; ¡dichoso aquél que confía en el Señor!» (Proverbios 16:20).
Mary Jones nació en el País de Gales en 1784. A sus diez años tenía dos grandes sueños: aprender a leer y tener su propia Biblia. El primer sueño se cumplió cuando se abrió una escuela a tres kilómetros de su casa. Pero el segundo se veía muy difícil, ya que entonces un ejemplar de la Biblia era sumamente caro. Para conseguirlo, decidió hacer algunos trabajos ocasionales para los vecinos: criar pollitos, vender sus huevos, juntar paja, ayudar a las mamás en sus quehaceres domésticos y el cuidado de sus hijos. Durante seis años Mary estuvo juntando dinero. Al final, tuvo suficiente para comprar un ejemplar de las Sagradas Escrituras.
Mary averiguó que había un pastor llamado Thomas Charles, que vivía a cuarenta kilómetros de su casa, que vendía versiones de la Biblia en galés. Thomas Charles se quedó impactado al escuchar la historia de Mary. «Yo amo la Biblia», le dijo. «La he amado desde que era una niña y escuchaba cuando la leían en reuniones a las que asistía con mi padre y madre. Luego abrió la escuela cuando yo tenía diez años, y aprendí a leer. Ahora quiero mi propia Biblia». Sin embargo, el pastor Charles le dijo que ya no tenía biblias en galés porque la Sociedad de Tratados Religiosos había rechazado imprimir más en esta lengua. Mary empezó a llorar desconsoladamente. Thomas Charles se compadeció de ella y le vendió un ejemplar de la Biblia en galés que le había prometido a otra persona. La niña se retiró feliz con su ejemplar de las Sagradas Escrituras.
La experiencia de Mary motivó al pastor Charles a ir a una reunión de la Sociedad de Tratados Religiosos en 1802 para contar lo que había pasado. Cuando terminó, instó a los miembros a que consideraran formar una nueva sociedad dedicada a imprimir y distribuir la Biblia en el idioma galés. Aquel día del mes de diciembre, nació la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. Tuvo su primera reunión el 7 de marzo de 1804, y se reunieron setecientas libras esterlinas para la impresión y distribución de biblias en todo el mundo.
Mary nunca habría soñado que desempeñaría un papel tan importante en los planes de Dios para este planeta. El Señor la usó para poner la Biblia en manos de millones de personas. Así es Dios, puede usar los nobles sueños de una joven o una señorita para transformar el mundo.
Este día recuerda que, por sencilla que sea tu vida, Dios la puede usar para hacer llegar su Palabra a todos los rincones del planeta.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez