Si la semilla es la Palabra de Dios, entonces una de las semillas más preciosas jamás esparcidas por Jesús fue en Su sermón en el monte de la bendición que comienza en Mateo 5. Entre otras cosas, el sermón se refiere a quiénes debemos ser, qué debemos hacer. y cómo lo que hacemos nos ayuda a saber quiénes somos. En este sermón, Jesús describe claramente los principios de su reino al dejar caer semillas de la verdad para transformar la vida de sus oyentes.
La primera parte del sermón de Cristo implica que la felicidad a menudo se disfraza con lo que parece contrario a la intuición. Lo que pensamos que nos hace felices en realidad no lo hace. Para el ser humano, no hay mayor alegría que el reconocimiento de nuestra pobreza espiritual, duelo, mansedumbre, hambre, misericordia, pureza, paz y persecución. Porque solo cuando experimentamos estas cosas podemos llegar a ser recipientes de la piedad real.
Las Bienaventuranzas son uno de los indicadores más claros para mostrar la legitimidad de nuestra profesión como cristianos. ¿Cómo puede uno saber si es realmente cristiano? ¿Es por sus acciones, su discurso, sus afectos? Sí, pero a veces estos pueden ser engañosos. Las personas con buenas acciones pueden tener malas motivaciones, y los verdaderos cristianos pueden luchar para superar el hábito de hablar mal. El viaje cristiano tiene altibajos, lo que a veces hace que sea difícil saber si somos o no quienes decimos ser. Las Bienaventuranzas responden a esta pregunta. ¿Tienes hambre y sed de justicia? Como un ciervo suspira por agua y se detiene para saciar su sed a pesar de que está siendo cazado, ¿es el amor de Cristo más deseable que la vida misma? Cualquiera que sea nuestra profesión, nuestra relación con las Bienaventuranzas expone la autenticidad de nuestras afirmaciones.
El poder del reino de Dios no se encuentra en vencer a otros. Se encuentra en la superación del yo. Jesús declaró que sus seguidores son sal y luz. La sal se infunde con lo que debe condimentar. Del mismo modo, la luz se mezcla con la oscuridad para que impacte. Así que el cristiano debe perder de vista quiénes son para tener un impacto real en el reino de Dios. El desinterés, no el egoísmo, es el cumplimiento de la ley. Los verdaderos cristianos no solo se enfocan en su propia justicia, sino que, como Cristo, dicen: “Por ellos me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” (Juan 17:19).
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020.
4to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación”
Lección 13: «LA REVOLUCIÓN DE JESUCRISTO«
Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo