En Mateo 6: 16–34, Cristo muestra la naturaleza del discipulado. No es posible que uno esté obsesionado con la apariencia exterior mientras busca una transformación interior. Una persona que simplemente busca parecerse a un cristiano solo se elevará al nivel de la hipocresía. Además, una persona que busca acumular tesoros en la tierra no puede también acumular tesoros en el cielo. Esto no significa que los ricos no puedan invertir en la economía del cielo. Más bien, significa que donde está su tesoro, su corazón lo seguirá. El valor de un tesoro no está determinado tanto por el material del que está compuesto, sino por la calidad del sacrificio que una persona está dispuesta a hacer para obtenerlo. Según Jesús, no podemos tener nuestros afectos puestos en las cosas de la tierra si deseamos ponerlos en las cosas de arriba.
La cúspide de la enseñanza de Cristo gira en torno a la preocupación. “La preocupación es ciega y no puede discernir el futuro, pero Jesús ve el fin desde el principio. En cada dificultad, Él tiene un camino preparado para brindar alivio…. Nuestro Padre celestial tiene mil formas de proveernos de las cuales no sabemos nada. Aquellos que aceptan el único principio de hacer supremo el servicio de Dios, encontrarán que las perplejidades se desvanecen y un camino planificado ante sus pies ”(The Ministry of Healing, 481).
La preocupación también es algo que hacen los gentiles. Es innecesario porque lo que le pedimos a Dios, Él ya lo hace por los animales que son menos valiosos que nosotros, y lo hace sin que ellos lo pidan. Finalmente, preocuparse es irracional. No logramos nada que valga la pena preocupándonos. Nuestros problemas siguen sin respuesta, y solo muestra cuán débil es realmente nuestra confianza en Dios.
En cambio, Jesús dice: “Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas te serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el mañana, porque el mañana se preocupará por sus propias cosas. Suficiente para el día es su propia angustia ”(Mat. 6:33, 34).
La revolución que Cristo busca establecer tiene lugar en el corazón de una persona antes de que tenga lugar en una comunidad de creyentes. En el Sermón del Monte, Jesús declara que una persona no puede ser un ciudadano del cielo si es un ciudadano de la tierra, porque estos dos reinos son antagónicos entre sí. La única opción para nosotros es elegir ser embajadores de Dios, promotores de un reino mejor establecido únicamente sobre la fe en el carácter de Su Hijo.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020.
4to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación”
Lección 13: «LA REVOLUCIÓN DE JESUCRISTO«
Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo