La iglesia es un lugar donde cantamos, oramos, oímos hablar de Dios y de Jesús y donde nos encontramos con nuestros amigos.
Es la casa de Dios.
Dios merece todo nuestro respeto y su casa también. Comer dentro de la iglesia, conversar, tirar papeles al piso, colocarse de espaldas al pastor en el culto… Nada de eso es correcto.
Yo conozco a un niño que levanta cualquier basura, incluyendo las hojas de los árboles que se caen en el patio de la iglesia, para que todo esté limpio y ordenado.
¿Y yo?
La iglesia es de todos, incluso de los niños.
Mi oración para hoy
Muchas gracias, querido Jesús, por tener un lugar —la iglesia— donde te adoramos.
En la Biblia leemos:
«Yo me alegro cuando me dicen: “Vamos a la casa del Señor»» (Salmo 122: 1, NVI).