«El fruto del justo es árbol de vida; el que arrebata la vida no es sabio» (Proverbios 11:30).
El auditorio estaba lleno para escuchar al instructor. El hombre era un famoso personaje del mundo del fútbol. Se trataba de Jorge Valdano, ex futbolista y ex director técnico del Real Madrid. Yo lo miraba muy atento mientras él hablaba, completamente dueño del escenario. Entonces, dijo unas palabras que penetraron en lo profundo de mi corazón: «Un joven no se puede dar el lujo de no soñar. Los sueños son el inicio de los grandes proyectos». ¡Qué palabras! Acto seguido, el orador comenzó a contarnos cómo había soñado con que algún día levantaría la copa de la FIFA y sería proclamado campeón del mundo. Y así sucedió en la final del Campeonato Mundial de Fútbol celebrado en México en 1986.
A partir de ese día decidí hacer mías esas palabras y compartirlas en los diversos lugares donde me han invitado a predicar. Es verdad, un joven no se puede dar el lujo de no soñar. ¡Así que es tiempo de soñar! Ahora te pregunto, ¿cuál es tu sueño? ¿Acaso estudiar es una buena universidad, o casarte con una excelente persona, o comprar el coche que tanto anhelas? Tal vez sueñas con ocupar una gran responsabilidad al servicio de tu país. ¡Qué maravilla! En ningún momento hemos de enterrar nuestros sueños.
Ahora bien, para un joven cristiano la realidad es mucho más atractiva. El versículo de esta mañana dice una gran verdad: ¡Dios cumple nuestros sueños! Incluso creo que es él quien nos llena de ilusiones para luego ir en pos de nuestras metas. Sin embargo, hay una condición: amar al Señor con ternura. Me gustan mucho las palabras del Salmo 37:4: «Disfruta de la presencia del Señor, y él te dará lo que de corazón le pidas». Lo fundamental en esta vida es consolidar una genuina relación con el Padre celestial y disfrutarla. Todo lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33). Por lo tanto, la juventud es el momento ideal para aprender a soñar con un futuro prometedor y alcanzar las metas que nos hayamos marcado.
No te sientas frustrado al mirar tus carencias y pocas oportunidades. No hay nada que Dios no pueda transformar. ¡Es tiempo de soñar al lado del Padre celestial! ¡Él cumplirá tus sueños!
Esta mañana suplica al Señor: «Ayúdame a deleitarme en tu Palabra, en tus promesas, en tu evangelio; enséñame a ser feliz en medio de tu presencia; ¡y cumple los profundos anhelos de mi corazón!»
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2020 «Una Nueva Versión de Ti» Por: Alejandro Medina Villarreal Colaboradores: Israel Esparza & Ulice Rodriguez