«Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo nombre es santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados»». Isaías 57: 15, NVI
CRISTO REVELÓ A DIOS a sus discípulos de una manera tal que realizó una transformación única en sus corazones, como la que él nos ha estado instando a que le permitamos hacerla en nuestro corazón. Hay muchos que, al espaciarse demasiado en las teorías, han perdido de vista el poder viviente del ejemplo de nuestro Salvador. Lo han perdido de vista a él como servidor humilde y abnegado. Lo que todos necesitamos es contemplar a Jesús. Nos hace falta a diario la revelación refrescante de su presencia.— Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 331, adaptado.
El Señor había tratado a Israel con ternura al liberarlo de la servidumbre egipcia y mientras viajaba hacia la tierra prometida. […] «Mi presencia te acompañará» (Éxo. 33: 14), fue la promesa hecha durante la travesía del desierto, que fue acompañada por una maravillosa revelación del carácter de Dios, que permitió a Moisés proclamar a todo Israel la bondad del Señor e instruirlo en forma más completa sobre los atributos de su Rey invisible.— Profetas y reyes, cap. 26, p. 210.
Aunque el viento es invisible, produce efectos que se ven y se sienten. Así también, la obra del Espíritu en el ser se revelará en toda acción de quien haya sentido su poder salvífico. Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida: Los pensamientos pecaminosos son dejados de lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz reemplazan a la ira, la envidia y las peleas; la alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz celestial.
Nadie ve la mano que alza la carga, ni contempla la luz que desciende de los atrios celestiales. La bendición viene cuando por fe nos entregamos por completo a Dios.—Mensajes para los jóvenes, secc. 4, p. 109.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LAS OBRAS DE DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez