Cierto día, un cazador salió de su casa con un rifle a la espalda y se fue al campo. Se escondió entre los árboles y esperó a que apareciera algún animal.
Entonces apareció un venado. El cazador, muy contento, pensó que podría matarlo.
Para su sorpresa, en cuanto el venado vio al cazador, no huyó despavorido. Más bien, lo miró a los ojos y, tranquilamente, comenzó a caminar hacia donde él estaba. No sabiendo qué hacer, el cazador estiró el brazo y acarició al bello animal.
¿Y yo?
Pídele a Dios que te ayude a ser valiente cuando estés en dificultades. No olvides que también puedes contar con tus papás y tus amigos.
Mi oración para hoy
Querido Dios, ayúdame a ser valiente. Con tu ayuda, seré mucho más feliz
En la Biblia leemos:
«Yo canto al Señor, que me da fuerzas. ¡Él es mi Salvador!» (Salmo 118: 14).