Un día, Abraham estaba muy triste porque no tenia hijos.
Entonces, Dios lo mandó observar las estrellas del cielo. Después, le dijo que él iba a tener tantos descendientes como estrellas podía ver en el cielo. Pero Abraham no entendió cómo podía ocurrir eso, puesto que él y su esposa Sara eran ancianos, casi con cien años de edad, y no tenían hijos. De todas maneras, él creyó al Señor.
Cuando pensaban que ya no era posible, Sara quedó embarazada y tuvo un bebé. Muy contentos, los padres lo llamaron Isaac, que significa «risa».
¿Y yo?
¿Confías en Dios? No olvides que él te ama y quiere lo mejor para ti.
Mi oración para hoy
Querido Dios, para ti todo es posible. ¡Muchas gracias!
En la Biblia leemos:
«Mira bien el cielo, y cuenta las estrenas, si es que puedes contarlas. Pues bien, así será el número de tus descendientes» (Génesis 15: 5).
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Macedo
