«Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo, y por ti y por tu vida daré hombres y naciones» (Isa. 43:4, RVC).
La joven María Sklodowska era muy inteligente. Era una joven polaca en una época en que Polonia era gobernada por Rusia. A los ojos del Imperio Ruso, los polacos no valían mucho. Y además ella era mujer. Las mujeres no eran muy valoradas en esa época de la historia. Y por si eso fuera poco, era pobre, lo cual también ocultaba su valor.
Le fue muy bien en sus estudios pero, en 1883, cuando estaba lista para entrar a la universidad, no había ninguna institución regular que permitiera que una mujer se inscribiese. Afortunadamente, había un grupo secreto de profesores que vio el valor de educar a las jóvenes. Ellos dirigían la «Universidad móvil», que se reunía en hogares particulares de Varsovia. Es allí donde estudió María.
Entró a trabajar como maestra particular para una familia, a fin de poder ganar suficiente dinero para que su hermana asistiera a la facultad de Medicina de París. Pronto se enamoró del hijo mayor de esa familia, que era muy inteligente. Por desgracia, sus planes de casamiento fueron rechazados porque ella era pobre.
Siguió estudiando por su cuenta hasta que tuvo suficiente dinero para ir a París. Una vez allí, tuvo que vivir en un departamento barato sin calefacción y con tan poco para comer que a veces se desmayaba del hambre.
Hubo personas que vieron el valor de María e intentaron ayudarla. Uno fue Pierre Curie, que hizo arreglos para compartir una parte del laboratorio con ella, a fin de que pudiera realizar sus experimentos. Se enamoraron y se casaron. Por eso es que, probablemente, no reconociste su apellido; pero, tal vez sí hayas oído hablar de Marie Curie, una científica pionera del estudio de la radiactividad y la primera mujer en ganar un Premio Nobel.
Es posible que la gente no siempre se dé cuenta de tu valor. No permitas que sus opiniones te desanimen. Dios mostró cuánto vales cuando envió a su Hijo para garantizar tu redención. Sigue sus caminos y observa el tipo de recompensa que tiene para ti. Kim