Al principio, Dios se revelaba en todas las obras de la creación. Fue Cristo quien extendió los cielos y echó los cimientos de la tierra. Fue su mano la que colgó los mundos en el espacio, y modeló las flores del campo. Él «asienta las montañas con su fortaleza», «suyo es el mar, pues que él lo hizo». Salmo 65: 6; 95: 5. Fue él quien llenó la tierra de hermosura y el aire con cantos. Y sobre todas las cosas de la tierra, del aire y el cielo, escribió el mensaje del amor del Padre …
Aun ahora todas las cosas creadas declaran la gloria de su excelencia … Las flores exhalan fragancia y ostentan su belleza para beneficio del mundo. El sol derrama su luz para alegrar mil mundos. El océano, origen de todos nuestros manantiales y fuentes, recibe las corrientes de todas las tierras, pero recibe para dar. Las neblinas que ascienden de su seno, riegan la tierra, para que produzca y florezca (El Deseado de todas las gentes, pp. 11, 12).
La Biblia nos presenta todo lo que la mente puede asir. Ella es nuestro alimento espiritual. Hemos de contemplar las obras maravillosas de Dios, y repetir a nuestros hijos las lecciones aprendidas, a fin de que podamos inducirlos a ver su habilidad, poder y grandeza en sus obras creadas (Consejospara los maestros, p. 438,439).
Mediante la creación hemos de familiarizamos con el Creador. El libro de la naturaleza es un gran libro de texto, que debemos usar conjuntamente con las Escrituras para enseñar a los demás acerca del carácter de Dios y para guiar a las ovejas perdidas de vuelta al aprisco del Señor. Mientras se estudian las obras de Dios, el Espíritu Santo imparte convicción a la mente. No se trata de la convicción que producen los razonamientos lógicos; y a menos que la mente haya llegado a estar demasiado oscurecida para conocer a Dios, la vista demasiado nublada para verlo, el oído demasiado embotado para oír su voz, se percibe un significado más profundo, y las sublimes verdades espirituales de la Palabra escrita quedan impresas en el corazón (Palabras de vida del gran Maestro, p. 13, 14).
«Grandes son las obras de Jehová; buscadas de todos los que las quieren … Hizo memorables sus maravillas: clemente y misericordioso es Jehová». Salmo 111: 2-4 …
El que puso las perlas en el océano y la amatista y el crisólito entre las rocas es un amante de la belleza. El sol naciente es un representante del que es luz y vida de todo lo que creó…
Y al gozar de las dádivas, ¿olvidaremos al Dador? Por lo contrario, aquellas deben inducimos a contemplar su bondad y amor. Todo lo que hay de bello en nuestro hogar terrenal tendría que hacernos pensar en el río de cristal y los verdes prados, los árboles cimbreantes y las fuentes vivas, la ciudad resplandeciente y los cantantes vestidos de blanco de nuestro hogar celestial, mundo de hermosura que ningún artista puede representar en el lienzo, y que ninguna lengua mortal puede describir (Mi vida hoy, p. 180).
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2020.
4to. trimestre 2020 “COMO INTERPRETAR LA BIBLIA”
Lección 10: «LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA Y CIENTÍFICA»
Colaboradores: Rosalyn Angulo & Esther Jiménez A