Cada mañana, el trabajo diario de Lili era ponerle agua y comida a su perrito Roby. El cachorro comía una sola vez al día, por eso ansiaba que llegara ese momento. pero un día. Lili se comprometió para ir a jugar a casa de una amiga. Y cuando iba a salir, su mamá le preguntó:
-¿Ya le has dado de comer a Roby?
-Sí -mintió la niña.
¡Pobre Roby! Se pasó todo el día con mucha hambre y sed, muy triste porque su dueña no lo había cuidado.
¿Y yo?
Para Lili, lo más importante era salir a jugar. Le mintió a su mamá para poder ir con su amiga.
Pero Jesús nos dice que mentir está mal.
Mi oración para hoy
Señor, me siento mejor cuando digo la verdad, ayúdame a no mentir.
En la Biblia leemos:
«Ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad» (Efesios 4: 25).