«¿Quién […] profetizó estas cosas y nos anunció lo ocurrido en el pasado? Que presenten a sus testigos y demuestren tener razón, para que otros oigan y digan: «Es verdad». «Ustedes son mis testigos —afirma el Señor—, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mi, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. Yo, yo soy el Señor, fuera de mi no hay ningún otro Salvador»». Isaías 43: 9-11, NVI
NO HUBO NI UN ÁPICE de egoísmo en su vida. El reconocimiento que el mundo tributa a la posición social, a la fortuna o al talento era ajeno al Hijo del hombre. Jesús no se valió de ninguno de los medios que emplean los seres humanos para granjearse la lealtad y el reconocimiento. Siglos antes de su nacimiento, de él había dicho el profeta: «No gritará, no alzará su voz ni la hará oír en las calles» (Isa. 42: 2).— El ministerio de curación, cap. 2, p. 16.
Es la comunión con Cristo, el contacto personal con un Salvador vivo, lo que habilita la inteligencia, el corazón y el espíritu para triunfar sobre la naturaleza inferior. Hablémosle al errante de una mano todopoderosa que lo sostendrá, de una humanidad infinita en Cristo que se solidariza con todos nosotros.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 27, p. 321.
¡No digamos a nadie ni una sola palabra que agrave su dolor! Al que se siente apesadumbrado por una vida de pecado, pero que no sabe dónde encontrar alivio, preséntenle al Salvador compasivo. Tómenlo de la mano, levántenlo, díganle palabras de aliento y de esperanza. Ayúdenlo a asirse de la mano del Salvador.— El ministerio de curación, cap. 10, p. 104.
No hay barreras que el ser humano o Satanás puedan erigir y que la fe no pueda traspasar. Con fe, la mujer sirofenicia se lanzó contra las barreras que habían sido erigidas entre judíos y gentiles. A pesar del desaliento, sin prestar atención a las apariencias que podrían haberla inducido a dudar, confió en el amor del Salvador. Así es como Cristo desea que confiemos en él. Las bendiciones de la salvación son para todo el mundo. Nada, a no ser nuestra propia elección, puede impedirnos que lleguemos a tener parte en la promesa hecha en Cristo por el evangelio.— El Deseado de todas las gentes, cap. 43, p. 375.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS NOS OFRECE» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez