El no haber estudiado la Palabra de Dios es la gran causa de la debilidad e ineficiencia mentales. Al apartarse de ella para alimentarse en los escritos de hombres no inspirados, la mente se empequeñece y degenera. No se pone en contacto con los principios profundos y amplios de la verdad eterna. El entendimiento se adapta a la comprensión de las cosas con las cuales está familiarizado, y en esta devoción a lo finito se debilita, su poder se contrae, y después de un tiempo se vuelve incapaz de expandirse.
Todo esto es falsa educación. La obra de cada maestro debe ser aferrar la mente de los jóvenes a las grandes verdades de la Palabra inspirada. Esta es la educación esencial para esta vida y para la venidera (Exaltad a Jesús, p. 113).
La Palabra de Dios es un gran Libro educador. Pero mientras muchos pretenden respetarla, ponen otros libros por encima de ella. Se exalta la razón humana por sobre la divina …
La Biblia es el libro de texto, y debería ser estudiada diligentemente, no como se lee cualquier libro. Debe ser para nosotros el libro que satisface las necesidades del alma. Este libro hará sabio para la salvación al hombre que lo estudie y lo obedezca. Así como el alimento no puede nutrir el cuerpo a menos que se lo coma y se lo digiera, tampoco puede la Palabra del Dios vivo satisfacer el alma a menos que se la reciba como Maestra de un sistema de educación superior, que está por encima de todo artificio humano; a menos que sus principios sean obedecidos porque son la sabiduría de Dios (Cada día con Dios, p. 125).
No es la mayor cantidad de trabajo lo que el Sefior recompensa. Él no considera la magnitud de la obra tanto como la fidelidad con que se ha hecho. El siervo bueno y fiel es recompensado. En la medida en que cultivemos las facultades que Dios nos ha concedido, creceremos en conocimiento y percepción, y seremos capacitados para comprender y valorar la vida inm ortal. Los que han despreciado los privilegios que Dios les ha dado y han estado conform es con su ignorancia, y han permitido que sus mentes estén completamente ocupadas con asuntos de valor trivial para ellos mismos o para otros, no comprenderán su responsabilidad personal, no subyugarán sus malas inclinaciones, ni fortalecerán sus resoluciones para una vida más pura, elevada y santa.
Los jóvenes deben ser aprendices para el mundo venidero. La perseverancia en la adquisición de conocimientos, regida por el temor y el amor de Dios, dará a los jóvenes crecidas fuerzas para el bien en esta vida; y los que saquen el mejor partido de sus oportu nidades para alcanzar altas realizaciones, las llevarán consigo a la vida futura. Han procurado y obtenido lo que es imperecedero. La capacidad de apreciar las glorias que «ojo no vio, ni oído oyó» (1 Corintios 2:9), será proporcional a las realizaciones alcanzadas en el cultivo de las facultades en la vida ahora (Fundamentals of Christian Education, pp. 48, 49).
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2020.
4to. trimestre 2020 “COMO INTERPRETAR LA BIBLIA”
Lección 8: «EDUCACIÓN Y REDENCIÓN»
Colaboradores: Rosalyn Angulo & Esther Jiménez A