«Cada verdadero retorno al Señor imparte gozo permanente a la vida. Cuando el pecador cede a la influencia del Espíritu Santo, ve su propia culpabilidad y contaminación en contraste con la santidad del gran Escudriñador de los corazones […]. Es una gloria para Dios rodear a los seres humanos pecaminosos y arrepentidos con los brazos de su amor, vendar sus heridas, limpiarlos de pecado y cubrirlos con las vestiduras de salvación» (Profetas y reyes, cap. 56 pp. 452, 453).
APLÍCALA A TU VIDA
En la cita de Profetas y reyes de la sección Más luz de esta semana, Elena G. de White nos recuerda cuánto tiempo espera Dios para restaurar al pecador y regocijarse con todos aquellos que acuden a él con fe. Nos dice: «Es una gloria para Dios rodear a los seres humanos pecaminosos y arrepentidos con los brazos de su amor, vendar sus heridas, limpiarlos de pecado y cubrirlos con las vestiduras de salvación» (Profetas y reyes, cap. 56 p. 453). ¿Coincide esta descripción de Dios con tu percepción de él? ¿Cuán a menudo te has resistido a orar o acercarte a Dios por la distancia que ha crecido entre tú y él? Aunque no lo parezca, Dios desea enormemente una reconciliación. Tal vez conoces a alguien que se ha alejado de Dios y siente que no puede regresar y ni siquiera hablar con él. Comienza tu día orando por esa persona y posiblemente compartiendo este anhelo de Dios con él o ella.
Lección de Escuela Sabática para Jóvenes.
4to. trimestre 2020 “LIBERACIÓN”
Lección 10: «CON HAMBRE DE MÁS»
Colaboradores: Gisela B. Barbosa & Karla González.