¿Qué es la religión pura? Cristo nos ha dicho que la religión pura es el ejercicio de la compasión, la simpatía y el amor en el hogar, en la iglesia y en el mundo. Esta es la clase de religión que debe enseñarse a los niños, y que es genuina. Enséñenles que no han de centrar sus pensamientos en sí mismos, sino que dondequiera haya sufrimiento Y necesidad humanas, hay un campo para la acción misionera…
Sea el hogar el lugar para la instrucción religiosa. Sean los padres los portavoces del Señor Dios de Israel para enseñarles los preceptos del verdadero cristianismo, y sean los ejemplos de lo que los principios del amor pueden hacer de los hombres y las mujeres (Reflejemos a Jesús, p. 244).
Hemos de pensar y cuidar de los demás que necesitan nuestro amor, ternura y cuidado. Siempre hemos de recordar que somos representantes de Cristo, y que hemos de compartir las bendiciones que nos otorga, no con los que nos las pueden devolver, sino con los que apreciarán los dones que satisfarán sus necesidades temporales y espirituales. Los que dan fiestas con el propósito de ayudar a los que tienen muy poco placer, con el propósito de iluminar sus fatigadas vidas, con el propósito de aliviar su pobreza y angustia, están actuando en forma abnegada y en armonía con las instrucciones de Cristo (Reflejemos a Jesús, p. 244).
Podemos aseverar ser seguidores de Cristo, podemos afirmar que creemos toda la verdad de la Palabra de Dios; pero esto no beneficiará a nuestro prójimo a menos que nuestra creencia penetre en nuestra vida diaria. Lo que profesamos puede ser tan sublime como el cielo, pero no nos salvará a nosotros ni a nuestros semejantes a menos que seamos cristianos. Un ejemplo correcto hará más para beneficiar al mundo que todo lo que profesemos.
Ninguna práctica egoísta puede servir a la causa de Cristo. Su causa es la causa de los oprimidos y de los pobres. En el corazón de los que profesan seguirle, se necesita la tierna simpatía de Cristo, un amor más profundo por aquellos a quienes estimó tanto que dio su propia vida para salvarlos. Estas almas son preciosas, infinitamente más preciosas que cualquier otra ofrenda que podamos llevar a Dios. El dedicar toda energía a alguna obra aparentemente grande, mientras descuidamos a los menesterosos y apartamos al extranjero de su derecho, no es un servicio que reciba su aprobación …
El amor es la base de la piedad. Cualquiera que sea la profesión que se haga, nadie tiene amor puro para con Dios a menos que tenga amor abnegado para con su hermano. Pero nunca podemos entrar en posesión de este espíritu tratando de amar a otros. Lo que se necesita es que esté el amor de Cristo en el corazón. Cuando el yo está sumergido en Cristo, el amor brota espontáneamente. La plenitud del carácter cristiano se alcanza cuando el impulso a ayudar y beneficiar a otros brota constantemente de adentro, cuando la luz del cielo llena el corazón y se revela en el semblante (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 316, 317).
Notas de Ellen G. White para la Escuela Sabática 2020.
4to. trimestre 2020 “COMO INTERPRETAR LA BIBLIA”
Lección 9: «LA IGLESIA Y LA EDUCACIÓN»
Colaboradores: Rosalyn Angulo & Esther Jiménez A