«También se parece el reino de los cielos a un comerciante que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró» (Mat. 13:45, 46).
Richard Branson presionó el botón de reproducción y escuchó el demo que Ale había dejado un músico de dieciocho años llamado Mike Oldfield. Richard era el dueño de una tienda de música exitosa en Londres, Inglaterra, y había escuchado muchos tipos diferentes de música. Pero nunca antes había oído nada igual. Era un sonido de campanas mezclado con flautas y guitarras. «Recuerdo haber pensado que era cautivadoramente encantador», dijo Richard.
Llevó la grabación a diferentes compañías discográficas, pero ninguna se interesó en contratar a aquel músico. Sí, era bueno, pero no había voces en sus canciones. No podían imaginarse que un álbum instrumental pudiera ser exitoso. Richard decidió fundar su propia compañía discográfica para compartir la música de Mike. La llamó Virgin Records, y su primer álbum fue Tubular BellS de Mike Oldfield.
Luego, planificó un gran concierto en el Queen Elizabeth Hall para que la gente pudiera escuchar la asombrosa música de Mike. Famosos músicos invitados aceptaron acompañar a Mike en el escenario. Era el evento perfecto que necesitaba para lanzar el disco. Sin embargo, las cosas se complicaron. Mientras estaban yendo juntos hacia el concierto, Mike, que era extremadamente tímido, tuvo un ataque de pánico.
-Mira, Richard, no puedo hacerlo —dijo—. No puedo subir al escenario y enfrentarme a la gente.
Richard pensó rápidamente. A su parecer, el éxito de su nueva compañía dependía de aquel momento. Se dirigió a Mike y le dijo:
-Sé que psicológicamente no puedes dar este concierto, pero… emmm… -Richard sacó la llave del auto de lujo que estaba conduciendo-. Si fuera a darte las llaves de este Bentley, ¿crees que podrías superar tus miedos?
Mike hizo una pausa por un momento.
-Está bien -respondió.
Tubular BellS fue un gran éxito y, más tarde, Richard vendió la compañía Virgin Records por mil millones de dólares.
Quizá llegue el momento en que tengas que arriesgar algún lujo o posesión a la que te aferras para poder seguir el camino que Jesús tiene para ti. Prepárate para hacer ese sacrificio, y estarás listo para un futuro fantástico. Kim