«El Dios eterno es tu refugio, su eterno poder es tu apoyo; hizo huir de tu presencia al enemigo y a ti te ordenó destruirlo. Israel vivirá confiado, sus descendientes vivirán en paz. En sus tierras habrá trigales y viñedos, y nunca les faltará lluvia del cielo. Dichoso tú, Israel, ¿Quién se te puede comparar? El Señor mismo te ha salvado; él te protege y te ayuda, ¡él es tu espada victoriosa! Tus enemigos se rendirán ante ti, y tú aplastarás su orgullo. Deuteronomio 33:27-29, DHH
EL QUE SIRVE BAJO EL ESTANDARTE ensangrentado de Emanuel tiene a menudo que vérselas con situaciones que exigen esfuerzos heroicos y paciente perseverancia. Pero el soldado de la cruz resiste intrépidamente en el frente de batalla. Cuando el enemigo lo asedia, se da cuenta de su necesidad de ayuda de lo alto, y se vuelve hacia el Todopoderoso para recibir ayuda; y al clamar al Señor por el cumplimiento de las promesas de la Palabra, queda fortalecido para la lucha. […] Fiando en ese poder estará capacitado para presentar el mensaje de salvación con tal poder que haga resonar en otras mentes un acorde de respuesta.— Obreros evangélicos, cap. 1, p. 16.
Aunque Pablo poseía una gran capacidad intelectual, su vida revelaba el poder de una sabiduría aun menos común, que le daba agudeza de discernimiento y un corazón compasivo, lo cual le permitía solidarizarse con los demás, capacitándolo para despertar su mejor naturaleza e inspirarlos a luchar por una vida más noble. Su corazón estaba lleno de ardiente amor por los creyentes corintios. […] Sabía que a cada paso del camino cristiano se les opondría la sinagoga de Satanás, y que tendrían que enfrentar conflictos a diario. Tendrían que protegerse de las furtivas asechanzas del enemigo, rechazar los viejos hábitos e inclinaciones naturales, y velar siempre en oración. Pablo sabía que las más valiosas conquistas cristianas pueden obtenerse solamente mediante mucha oración y constante vigilancia, y él trató de inculcárselo.
Pablo sabía también que en Cristo crucificado se les ofrecía un poder suficiente para convertir el alma, y divinamente adaptado para permitirles resistir todas las tentaciones del mal. Con la fe en Dios como su armadura, y con su Palabra como su arma de combate, serían provistos de un poder interior que los capacitaría para desviar los ataques del enemigo.— Los hechos de los apóstoles, cap. 29, p. 229.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS NOS OFRECE» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez