Pedro y Santiago eran hermanos. Santiago, el más pequeño, entró en el dormitorio llorando y le dijo a Pedro que sus padres no querían darle un arco y unas flechas para jugar.
Pedro le explicó a su hermanito que sus padres no querían que se hiciera daño ni que hiriera a sus amigos.
-¿Tú me quieres, no es cierto? -preguntó Pedro.
-¿Te gustaría que alguien me clavara una flecha? -¡No, claro que no me gustaría!
-¿Te das cuenta? Por eso, nuestros padres no te dan lo que les estás pidiendo. Solo desean tu bien porque te quieren.
¿Y yo?
Todas las personas a las que amas desean tu bien. Por eso, tus padres, tus abuelos y tus hermanos mayores, a veces, no te dejan hacer cosas que te pueden lastimar. ¡Todo es para protegerte!
Mi oración para hoy
¡Querido Padre, qué bueno es saber que estás en el cielo para cuidarme! Muchas gracias porque tengo personas que me protegen y me aman.
En la Biblia leemos:
«Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque esto agrada al Señor» (Colosenses 3:20).