«El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá. Y cualquiera que dé a uno de estos pequeños un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa». Mateo 10: 40-42
HEMOS DE CUMPLIR CON la gran comisión con la sencillez de la verdad […] y con toda humildad. No hemos de colocarnos nunca por encima de la sencillez del evangelio de Cristo. Tendremos éxito en la ganancia de almas si destacamos a Cristo, el Redentor que perdona los pecados, y no intentando ser espectaculares. A medida que trabajemos por Dios con humildad y mansedumbre, él se nos manifestará.— Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 114.
Por no estar relacionados con alguna labor directamente religiosa, muchos consideran que su vida es inútil, sienten que no están haciendo nada a favor del progreso del reino de Dios. Si tan solo pudieran hacer algo grande, se dicen a sí mismos, ¡con cuánto gusto lo emprenderían! Pero, debido a que solo pueden servir en cosas pequeñas, consideran que se justifica que no hagan nada. Y ahí se equivocan por completo. Todo el mundo puede servir activamente a Dios mientras se dedica a los deberes comunes de cada día; mientras poda árboles, prepara o ara la tierra. La madre que educa a sus hijos para Cristo está tan ciertamente trabajando para Dios como el predicador en el púlpito.
Muchos sienten el anhelo de poseer algún talento especial para hacer algo maravilloso, mientras pierden de vista los deberes que tienen a mano, cuyo cumplimiento llenaría la vida de fragancia. Padres cumplan con los deberes que se encuentran a diario en su camino. […]
No es la posesión de grandes talentos lo que nos capacita para prestar un servicio aceptable, sino el cumplimiento concienzudo de los deberes cotidianos, el espíritu alegre, el interés sincero y sin hipocresía por el bienestar de los demás. En la tarea más humilde puede hallarse verdadera excelencia.— Profetas y reyes, cap. 17, pp. 146-147.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON EL SERVICIO A DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez