“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Cuando los hombres de hábitos malos y prácticas pecaminosas ceden al poder de la verdad divina, la entrada de la palabra de Dios da luz y entendimiento al simple. La verdad es aplicada al corazón, y la fuerza moral, que parecía haber estado paralizada, revive. El que la recibe adquiere más fuerte y claro entendimiento que antes. Ha afianzado su alma en la Roca Eterna. La salud mejora, por el hecho de sentirse seguro en Cristo. De este modo van a la par la religión y las leyes de la salud.—Testimonios para la Iglesia 4:553, 554. Salmos 111:10.