«Te suplico encarecidamente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su Reino, que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina, pues vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, […] apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas». 2 Timoteo 4: 1-4
LA ENSEÑANZA DE CRISTO se basaba en la Palabra de Dios. Él respondía a sus interlocutores con un claro: «Escrito está», o preguntaba: «¿No han leído ustedes la Escritura que habla de esto?». «¿Qué es lo que lees?» (Mat. 4: 4; 21: 16, DHH; Luc. 10: 26, DHH). Cada vez que en alguien, amigo o enemigo se suscitaba interés, Jesús presentaba la Palabra. Con claridad y poder, proclamaba la buena nueva. Sus palabras derramaban raudales de luz sobre las enseñanzas de los patriarcas y profetas, y las Escrituras eran expuestas como una nueva revelación. Nunca antes habían percibido sus oyentes tal profundidad de significado en la Palabra de Dios.— Obreros evangélicos, cap. 6, p. 44.
Dios quiere que los jóvenes lleguen a poseer una mentalidad equilibrada, a estar preparados para la acción en su noble servicio y a ser aptos para llevar responsabilidades. Dios llama a jóvenes y señoritas de corazón libre de corrupción, fuertes y valientes, decididos a pelear con energía en la lucha que les espera, para que glorifiquen a Dios y beneficien a la humanidad.— Mensajes para los jóvenes, secc. 1, p. 16. Jóvenes, pónganse resueltamente a la vanguardia, y muéstrense como colaboradores de Cristo, continuando la labor donde él la dejó, para llevarla a su terminación.— Ibíd. , pp. 18-19.
Muchas veces encontraremos almas que están sometidas a fortísimas tentaciones. […] Cuidado, no las desanimemos; dando así ventaja al tentador. Cuando veamos algo que necesita ser corregido, busquemos al Señor para obtener sabiduría y gracia, para que al tratar de ser fieles, no seamos intolerantes. Es siempre humillante que a alguien le señalen sus errores. No amarguen aún más la experiencia por una censura inútil. La crítica cruel produce desaliento, y despoja la vida de la alegría y felicidad. —Obreros evangélicos, cap. 105, p. 512.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON EL SERVICIO A DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez