Durante las semanas anteriores, vimos cómo Dios duplicó su imagen en la humanidad. Con esta imagen, la humanidad debía crecer de manera infinita, así como la imagen misma de Dios es infinita. Este sería el fundamento para la educación humana. El aprendizaje y el desarrollo, ya sea intelectual, ideológico, conceptual, físico, espiritual, emocional o del carácter, tenía el propósito de alcanzar el crecimiento infinito. Lo que había de continuar durante toda la eternidad, comenzaría aquí en la tierra a partir de nuestra relación con Cristo.
Sin embargo, el pecado empañó la imagen de Dios en nosotros. El crecimiento y la educación eternos se interrumpieron y apareció la muerte. El pecado
transformó nuestro potencial de crecimiento espiritual eterno,
redujo nuestra visión espiritual,
debilitó nuestras capacidades físicas,
disminuyó nuestras capacidades mentales, y
deterioró todos los aspectos de nuestra educación humana.
Lo que es peor, el pecado causó una separación entre Dios, que era nuestro maestro, y nosotros. Esta separación se materializó en la expulsión de nuestros primeros padres del Edén.
Dios nos dio el regalo de la redención como esperanza para la humanidad. A través del regalo de Jesucristo, la salvación está disponible para todo el que crea en él (Juan 3:16). La redención también formaba parte del sistema educativo de Dios. El engaño de Satanás hizo que Adán y Eva dejaran de seguir confiando en Dios, que es el principio fundamental de la verdadera educación. Además, el engaño de Satanás inició un proceso de decadencia, en el que terminamos pensando que podríamos hacer algo para ocultar nuestra propia vergüenza, desnudez y pecado, o que podríamos hacer algo para solucionar nuestro catastrófico problema de pecado. Pero el regalo de Cristo también fue el antídoto para curar nuestra mente y traernos a la realidad, no de una visión del mundo engañosa, sino en la eterna Palabra de Dios. La Biblia reinicia este proceso educativo en los seres humanos, exhortándolos:
«No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios» (Rom. 12 2)
A pesar de la caída de la humanidad y de las complicaciones del pecado, uno de los aspectos más impresionantes de Dios es su capacidad de permanecer igual. Su carácter y su sabiduría no se ven afectados. Incluso después de la caída de Adán y Eva, Dios no cambió su plan ni sus expectativas para la raza humana; no alteró sus requisitos (en otras palabras, la ley) para la familia humana. Paradójicamente, lo más inspirador es cómo Dios redime a la humanidad caída y cuánto Dios cambió para salvarla. Entender esto significa entrar en el ámbito de la sabiduría divina, a un nivel del pensamiento mucho más alto que el pensamiento humano más elevado, y que él nos pide que alcancemos a través de su poder.
Copia de tu versión favorita de la Biblia Job 28: 12-21
Si lo prefieres, puedes parafrasear el pasaje bíblico utilizando tus propias palabras, resumirlo o hacer un bosquejo.
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 4to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación” Lección 4: «MUCHO MAS ALTO QUE EL PENSAMIENTO HUMANO MAS ELEVADO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo