El amor es el fundamento de la creación. A diferencia de los creadores de otras narrativas de textos antiguos sobre la creación, el Dios de la Biblia no creó el mundo para que lo sirvieran: lo creó porque él es amor. Su amor está presente en todos los aspectos de la historia de la creación, pero tal vez se expresa más poderosamente en la forma en que creó a Adán y a Eva, y en el propósito que quería que ellos lograran.
El amor es también el fundamento de la redención, «pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna» (Juan 3: 16). La historia de la redención nos enseña que Dios nos amó más de lo que se amó a sí mismo.
Así como el amor es la base de la creación y de la redención, también es la base de la verdadera educación. Amar a Dios con nuestro corazón, nuestra mente, nuestra alma y nuestras fuerzas significa que cada aspecto del desarrollo de nuestro ser se enfoca en alcanzar su mayor logro en el amor abnegado hacia Dios.
«Semejante al primer mandamiento, es el segundo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mar. 12: 31). La ley de amor requiere la dedicación del ser entero al servicio de Dios y de nuestros semejantes. Este servicio, a la vez que nos constituye en bendición para los demás, nos proporciona enormes bendiciones. La abnegación es la base de todo verdadero crecimiento. Por medio del servicio abnegado, adquieren su máximo desarrollo todas nuestras facultades. Llegamos a participar cada vez más plenamente de la naturaleza divina. Somos preparados para el cielo, porque lo recibimos en nuestro corazón» (La educación, cap. 1, p. 16).
Lección de Escuela Sabática Para Jóvenes Universitarios 2020. 5to trimestre 2020 “Los Principios De La Educación” Lección 4: «LA ABNEGACIÓN ES LA BASE DE TODO VERDADERO CRECIMIENTO« Colaboradores: Hidai Juarez S & Misael Morillo