«Dios me dijo: «Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo». Le contesté: «Dios todopoderoso, yo no sé hablar en público, y todavía soy muy joven». Pero Dios me tocó los labios y me dijo: «No digas que eres muy joven. A partir de este momento tú hablarás por mí. Irás a donde yo te mande, y dirás todo lo que yo te diga. No tengas miedo, que yo estaré a tu lado para cuidarte»». Jeremías 1: 4-7, TLA
DIOS ESTÁ PRESENTE EN TODOS los hogares; oye cada palabra que se pronuncia, escucha toda oración que se eleva, siente los pesares y los desengaños de cada cual, ve el trato que recibe cada padre, madre, hermano y hermana, amigo y vecino. Cuida de nuestras necesidades, y para satisfacerlas; su amor y misericordia fluyen continuamente. Si ustedes llaman a Dios su Padre, reconocerán que son hijos suyos, para ser guiados por su sabiduría y para prestarle obediencia en todo, sabiendo que su amor es inmutable. Así es como hemos de aceptar el plan divino para nuestra vida.— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 5, p. 162.
¡Cuán a menudo los que confiaron en la Palabra de Dios, aunque eran por sí mismos completamente impotentes, han resistido el poder del mundo entero! Enoc, de corazón puro y vida santa, puso su fe en el triunfo de la justicia en medio de una generación corrupta y burladora; Noé y su casa resistieron a toda la gente de su época, todos de gran capacidad tanto física como mental, cuya moralidad estaba degradada al máximo; […] David, un simple pastorcillo a quien Dios le había prometido el trono, resistió a Saúl, el monarca reinante, dispuesto a no ceder su corona.
Lo mismo cabe destacar en el caso de Sadrac y sus compañeros en el horno de fuego y Nabucodonosor en el trono; Daniel en el foso de los leones y sus enemigos en los puestos más elevados de la corte; Jesús en la cruz y los sacerdotes y príncipes judíos que habían chantajeado al gobernador romano para que hiciera la voluntad de ellos; Pablo encadenado y condenado a sufrir la muerte de un criminal. […] Todos contribuyeron al engrandecimiento y la dignificación de la sociedad, pues constituyeron la verdadera nobleza y hasta la realeza. La juventud de hoy tiene ante sí el desafío de ocupar los puestos que ellos dejaron.— La educación, cap. 30, p. 230.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON EL SERVICIO A DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez