«Yo ya estoy próximo a ser sacrificado. El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mi, sino también a todos los que aman su venida». 2 Timoteo 4: 6-8
DESDE LA SALA DEL TRIBUNAL Pablo volvió a prisión, comprendiendo que solo había conseguido para sí un corto respiro. Sabía que sus enemigos no iban a detenerse en su empeño hasta lograr matarlo. Pero también sabía que momentáneamente la verdad había triunfado. Ya era de por sí una victoria el haber presentado al Salvador crucificado y resucitado ante un numeroso público que había escuchado su defensa. Aquel día se inició algo que iba a prosperar y fortalecerse, y que ni Nerón ni los demás enemigos de Cristo iban a lograr entorpecer ni destruir. […]
A través de su largo período de servicio, la fidelidad de Pablo hacia su Salvador nunca vaciló. Donde
quiera que estuviera, ya fuera frente a resentidos fariseos o a las autoridades romanas, o fuera frente a la furiosa turba de Listra, o bien ante los convictos pecadores de la cárcel macedónica; ya fuera razonando con marineros llenos de pánico sobre el buque náufrago, o solo ante Nerón para defender su vida, nunca se avergonzó de la causa en la cual militaba.
El gran propósito de la vida cristiana de Pablo había sido servir a Aquel cuyo nombre una vez lo había llenado de desprecio; y de ese propósito no había sido capaz de apartarlo ni la oposición ni la persecución. Su fe, robustecida en el esfuerzo y purificada por el sacrificio, lo sostuvo y lo fortaleció. […]
El verdadero siervo de Dios no rehúye la más duras tareas ni las más pesadas responsabilidades. De la Fuente que nunca falla para los que sinceramente buscan el poder divino, obtiene el poder que lo capacita para afrontar las tentaciones, sobreponerse a ellas y cumplir los deberes que Dios le impone […]; y se desvive para realizar un servicio aceptable para su Maestro.— Los hechos de los apóstoles, cap. 49, pp. 371-373.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON EL SERVICIO A DIOS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez