«Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre Tú, Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor». Salmo 5: 11-12
TODA LA FELICIDAD, la paz, el gozo y el éxito en esta vida dependen de una genuina y confiada fe en Dios. La fe inspirará verdadera obediencia a los mandamientos de Dios. Su conocimiento y fe en Dios son el más poderoso freno contra toda mala acción, y el motivo de todo bien.
Confiemos en Jesús como el que perdona nuestros pecados, que quiere que seamos felices en las mansiones que ha ido a preparar para nosotros (Juan 14: 1-3). Él quiere que vivamos en su presencia; que tengamos vida eterna y una corona de gloria.— Mensajes para los jóvenes, secc. 14, p. 291.
Todo lo que se hace para gloria de Dios tiene que hacerse con alegría, no con tristeza o dolor. No hay nada lóbrego en la religión de Cristo. Si por una actitud de congoja los cristianos damos la impresión de sentirnos decepcionados del Señor, estaremos presentando una errónea concepción de su carácter y proporcionando argumentos a nuestros enemigos. Aunque los cristianos, de palabra llamen a Dios su Padre, su pesadumbre y tristeza los hace parecer huérfanos ante los demás.
Cristo desea que hagamos que resulte atractivo servirle a él, puesto que realmente lo es. Que sea pues únicamente nuestro compasivo Salvador quien conozca nuestros sacrificios y las angustias de nuestro corazón. Depositemos nuestras cargas al pie de la cruz, y sigamos adelante gozándonos en el amor de Aquel que «nos amó primero» (1 Juan 4: 19). Quizás los demás nunca lleguen a saber lo que sucede en privado entre un alguien y Dios; pero los resultados de la obra del Espíritu en el corazón llegarán a ser evidentes para todos, porque él, «que ve en lo secreto, te recompensará en público» (Mat. 6: 6).— El discurso maestro de Jesucristo, cap. 4, pp. 137-138.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez