«Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque lo vieron niño hermoso y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón, prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible». Hebreos 11: 23-27
MOISÉS ESTABA CAPACITADO para destacarse entre los grandes de la tierra, para brillar en las cortes del imperio más glorioso, y para empuñar el cetro de su poder. Su grandeza intelectual lo distingue entre los grandes de todas las edades, y no tiene par como historiador, poeta, filósofo, estratega y legislador. Con el mundo a su alcance, tuvo fuerza moral para rehusar las halagüeñas perspectivas de riqueza, grandeza y fama, «prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado» (Heb. 11: 25, NVI).
Moisés había sido instruido en cuanto al galardón final que será dado a los humildes y obedientes siervos de Dios, y en comparación con el cual la ganancia terrenal se hundía en su propia insignificancia. El magnífico palacio del faraón y el trono del monarca fueron ofrecidos a Moisés para seducirlo; pero él sabía que los placeres pecaminosos que hacen a los hombres olvidarse de Dios imperaban en sus cortes regias. Vio más allá del esplendoroso palacio, más allá de la corona de un monarca, los altos honores que se otorgarán a los santos del Altísimo en un reino que no tendrá mancha de pecado. Vio por la fe una corona imperecedera que el Rey del cielo colocará en la frente del vencedor. Esta fe lo indujo a apartarse de los señores de esta tierra, y a unirse con la nación humilde, pobre y despreciada que había preferido obedecer a Dios antes que servir al pecado.— Patriarcas y profetas, cap. 22, p. 224.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez