«No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios. Oren también por mí, y pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar el plan que él había mantenido en secreto. El Señor me envió a anunciar ese plan, y por eso estoy preso. Pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar sin ningún temor la buena noticia». Efesios 6: 18-20, TLA
AL APÓSTOL PABLO, MIENTRAS oraba en el templo de Jerusalén, le llegó el mensaje: «Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles» (Hech. 22: 21). Así también los que son llamados a unirse con Cristo deben abandonarlo todo para ir en pos de él. Deben romper relaciones antiguas, renunciar a sus planes, a un estilo de vida y a muchas aspiraciones terrenas. Mediante esfuerzo y lágrimas, en soledad y con sacrificio, debe sembrarse la semilla.
Aquellos que consagran cuerpo, alma y espíritu a Dios, recibirán constantemente nueva dotación de poder físico, mental y espiritual. Las inagotables provisiones del cielo están a su disposición. Cristo les da el aliento de su propio Espíritu, la vida de su propia vida. El Espíritu Santo pone por obra sus energías más sublimes en el corazón y la mente. La gracia de Dios amplía y multiplica sus facultades, y toda perfección de la naturaleza divina acude en su ayuda en la obra de salvar almas. Por la cooperación con Cristo son hechos «completos en él» (Col. 2: 10), y en su debilidad humana quedan habilitados para hacer las obras de la Omnipotencia.— Obreros evangélicos, cap. 20, p. 117.
Muchos no perciben ni aprecian cuán poderosa puede ser la influencia de cada persona para el bien o para el mal. Es necesario que todo estudiante comprenda que los principios que adopta llegan a ejercer una influencia viva y modeladora sobre el carácter.
El que acepta a Cristo como Salvador personal, amará a Jesús y a todos aquellos por quienes él murió; pues Cristo será en él «un manantial capaz de dar vida eterna» (Juan 4: 14, LPH). Se entregará sin reservas al dominio de Cristo.— Mensajes para los jóvenes, secc. 1, p. 21.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez