«Odio y detesto la mentira, estoy enamorado de tu ley. Siete veces al día te alabo por tus justas decisiones. Gozan de paz quienes aman tu ley, no encuentran obstáculo alguno. Señor, tu salvación espero, cumplo tus mandamientos; yo respeto tus mandatos y los amo intensamente. Respeto tus preceptos y mandatos, eres testigo de toda mi conducta». Salmo 119: 163-168, LPH
CUANTO MENOS TENGAMOS de la mansedumbre y la humildad de Cristo en nuestro espíritu y carácter, tanto más veremos la perfección en nuestros propios métodos y la imperfección en los ajenos.— Testimonios para los ministros, cap. 8, p. 185.
Nada es más necesario en la obra que los resultados prácticos que produce la comunión con Dios. Debiéramos demostrar en nuestra vida diaria que gozamos de paz y reposo en el Señor. Cuando hay paz en el corazón se reflejará en el rostro; proporciona a la voz un poder persuasivo. La comunión con Dios impartirá elevación moral al carácter y a todo el comportamiento. La gente comprenderá que nosotros —lo mismo que los primeros discípulos— hemos estado con Jesús.— Testimonios para la iglesia, r. 6, p. 54.
La paz de Cristo nace de la verdad. Está en armonía con Dios. El mundo está en enemistad con la ley de Dios; los pecadores están enemistados con su Hacedor; y como resultado, están en enemistad unos con otros. Pero el Salmista declara: «Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar, y nada los hace tropezar» (Sal. 119: 165, NVI).
Los hombres no pueden establecer la paz. Los planes humanos, para la purificación y elevación de los individuos o de la sociedad, no lograrán la paz, porque no alcanzan al corazón. El único poder que puede crear o perpetuar la paz verdadera es la gracia de Cristo. Cuando esta esté implantada en el corazón, desalojará las malas pasiones que causan luchas y disensiones. «En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán»; y el desierto de la vida «se gozará y florecerá como la rosa» (Isa. 55: 13; 35: 1).— El Deseado de todas las gentes, cap. 31, p. 274.
Devocional Vespertino Para 2020. «Conocer al Dios Verdadero» «PARA FAMILIARIZARNOS CON LO QUE DIOS ESPERA DE NOSOTROS» Por: Elena G. de White Colaboradores: Pilita Mariscal & Martha Gonzalez