Aquellos que componen nuestras iglesias tienen rasgos de carácter que los inducirán, si no son muy cuidadosos, a sentirse indignados porque, en base a tergiversaciones, les es quitada su libertad de trabajar en domingo. No montéis en cólera por este asunto, sino llevad todo a Dios en oración. Solo él puede restringir el poder de los gobernantes. No os conduzcáis precipitadamente. Que nadie se jacte imprudentemente de su libertad, usándola como un manto de malicia, sino como siervos de Dios, “honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey”. 1 Pedro 2:17. Este consejo será de verdadero valor para todos los que serán conducidos a situaciones difíciles. No debe mostrarse nada que revele una actitud desafiante o que pueda interpretarse como malicia.—Manuscript Releases 2:193-194 (1898)