La idea de realizar estudios bíblicos es de origen celestial y abre el camino para que entren centenares de jóvenes en el campo, donde se ha de hacer una obra importante que de otro modo no podría hacerse.
La Biblia ha sido desencadenada. Puede llevarse a la puerta de cada casa, y sus verdades pueden presentarse a la conciencia de todo ser humano. Hay muchos que cuando se les presente la verdad, escudriñarán diariamente las Escrituras por sí mismos, como los nobles bereanos, para ver si esas cosas son así o no. Cristo ha dicho: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Jesús,el Redentor del mundo, manda a los hombres no sólo a leer, sino a escudriñar las Escrituras. Es ésta una obra grande e importante, y se nos encomienda a nosotros, y al hacerla, recibiremos un gran beneficio; pues no quedará sin recompensa la obediencia al mandato de Cristo. El coronará con especiales evidencias de su favor este acto de lealtad del que sigue la luz revelada en su Palabra (Ibid. p. 29, 30).